sábado, 13 de junio de 2015

La hija de Carmen Campos

La  hija de Carmen Campos

Escenario: Madre e hija se encuentran sentadas alrededor de la mesa del comedor. Ella momentos previos, había llegado de la calle muy contenta, entonces  colocó su cartera en una mesita y luego se sentó en la silla principal para hablar con su madre, que estaba leyendo una revista sobre farándula.



Madre: Te veo muy contenta hija, ¿Cómo te fue en el curso, en el trabajo? Cuéntame, ¿Qué noticias buenas me traes hija querida? Pues tus ojos hablan de alegría, parecen dos maripositas revoleteando sobre unos jazmines.

Hija: Si madre, estoy muy emocionada

Madre: Ya lo creo ¿Es que te has ganado el premio gordo de la lotería o conseguiste buenos precios en un una barata de esas que venden pantaletas de lleve tres y pague dos?

Hija: Ay mamá por favor no inventes, ji,ji,ji,ji Pero si. No te lo puedo negar, más que contenta, estoy muy emocionada.

Madre: -¡Caramba mija, suelta la sopa! ¿Qué es lo que te tiene tan contenta, mija?

(La madre se e acerca para escuchar mejor su confidencia, le toma las manos y le mira a los ojos).

Hija: -Bueno mamá, te cuento que mi jefe me agarró en la oficina antes de salir, me aprisionó contra la pared y me confesó que le gustó mucho, que me quiere…

M adre: Pero, hija eso es una bomba. ¿Estás segura que no es casado, verdad?
Hija: Si madre, él no es casado y es un buen hombre
Madre: Ya
Hija: Me dio tanto nervio que casi me orino, mientras me hablaba. Creo que me puse roja como un tomate y las piernas me temblaban de una manera …que hasta me sonaban las canillas, tracatrá tracatrá…

Madre: No es para menos, hija. ¿Qué te puedo decir? ¿Y a ti te gusta ese hombre?

Hija: Es muy buen mozo mamá y tiene plata que jode

Madre: Eso es muy importante, pero no es todo. Mira los cuentos que se ven a diario en la farándula. Muchos de esos carajitos son muy bonitos se empatan con esas mujeronas y después termina que son rolo de pargos, afeminados y se declaran homosexuales de la noche a la mañana y que se van a casar en Argentina con otro pargo…y que se van a cambiar de sexo, como el hombre ese, que después de vivir con su mujer más de 25 años sale con la vaina que quiere ser mujer, porque siempre se sintió mujer y todo eso…

Hija: No mamá, él es todo un hombre

Madre: -Y después que te dijo eso, ¿Tu qué hiciste? ¿¿Tu qué le dijiste?

Hija: No supe que responderle, me dejó totalmente fuera de base, tartamudeé Y de vaina podía hablar. Le dije que tenía que pensarlo, que no era mujer de un ratito, que yo era una mujer seria y que no nací para amante de nadie, como si fuera un vaso de agua. Entonces, el hombre se me quedó mirando y me dijo que eso precisamente le gustaba de mí , que yo era una buena mujer y que él no pensaba usarme , ni nada de eso.



Madre: Caramba mija, eso suena en serio
Hija: Entonces, le dije que lo tomáramos con cuidado, porque yo necesitaba mi trabajo y no quería problemas ni malos ratos, ni escenas, ni que la gente estuviera hablando cosas desagradables de mí por detrás.

Madre: Claro mija, hiciste lo correcto

Hija: Entonces, le dije que se quedara tranquilo y que el viernes, después del trabajo podíamos conversar un rato la cosa y él me dijo que estaba bien.

Madre: bueno, si salen el viernes no te vayas a poner muy melosa con ese señor. Mira que en las novelas las mujeres que se toman su tiempo terminan levantándose al galán y no sueltan en la primera de cambio. Yo por lo menos me tardé en darle a tu papá mi quita sueño, ji,ji,ji y me casé con él cuando tenía 25 años, pura, intacta, sin haber sido tocada por nadie….

Hija: Ay mamá, los tiempos han cambiado, por favor

Madre: Yo sé perfectamente que los tiempos han cambiado, pero en cuestión de amores , se lo que te digo. No le vayas a soltar la vaina tan fácilmente. Ponlo a sufrir y que se espere. ¿Tú no has dado la vainita, verdad?

(La hija se levanta de la silla, toma su cartera y se dirige a su cuarto)

Madre: ¿Tú no has dado la vaina verdad? Coño, respóndeme, gran carajo…

La paloma de Parra


La paloma de Juancito Parra
El Escenario
El hombre había pasado toda la mañana en el pasillo frente al consultorio del Dr. Pérez hasta que una hermosa secretaria le dijo que pasara, después de anotarlo en una ficha rectangular donde estaba colocado su nombre, sexo, peso, estatura, edad, estado civil, dirección, teléfono y foto de frente. También la secretaria había emitido un recibo y le había cobrado 2000 Bs por su primera consulta.
(Ya puede pasar-le dijo la secretaria-, entonces escoltó al Hombre por un pasillo corto muy lujoso, como si fuera la oficina de un Presidente de un gran Banco, hacia el consultorio del Dr. Pérez, que era antecedido por una pared llena de diplomas, reconocimientos y dos inmensos cuadros originales de dos pintores franceses de reconocida firma y en la puerta había una placa en color oro que decía “Especialista en cirugía estética”)
Secretaria: -Buenos días Dr. Pérez le presento al Sr. Parra , que viene a su primera consulta.
Dr. Pérez: Mucho gusto señor Parra, bienvenido a mi consultorio, por favor tome asiento y dígame en qué puedo ser útil.
(La hermosa secretaria con su faldita pequeñita y más atributos que Iris Chacón, le entrega la ficha, sale inmediatamente del consultorio y cierra la puerta).
Parra: -Muchas gracias doctor, gusto en conocerle. Realmente pensé mucho en venir
a su consulta. Lo pensé por muchos años y me decía “me provoca someterme a esa operación”, pero no tenía la fuerza para venir. Hasta que un día leyendo la revista de los domingos que viene insertada en el diario y ví su anuncio, que coincidió con una entrevista que le hicieron a usted y donde exponía que tiene más de 30 años de experiencia…me decidí.
Doctor: Ah, esa entrevista gustó mucho y la leyó mucha gente. Usted no se imagina la cantidad de personas que han venido después de eso. Recuerdo que ese día me puse una linda corbata de seda italiana, verde perico, con un traje de lino azul eléctrico y la foto quedó preciosa … A mi me gustó mucho porque salí como rejuvenecido y para los efectos de marketing metí tremendo golazo. Siga contando su historia señor Parra
Parra: -Bueno doctor, entonces, me decidí y me dije “Parrita, ya es hora de lograr tu sueño. Visita a ese hombre chico y operate..”
Doctor: -Caramba que interesante señor Parra. ¿Se imagina usted que los hombres pensaran como usted? Fuera algo más que estupendo. Yo tengo algunos clientes que se hacen sus toques en los ojos, se estiran un poquito la cara para eliminar algunas arrugas, usted sabe, gente del medio de la televisión; hombres que se perfilan la nariz fundamentalmente. Yo no tengo problemas en atender hombres y mujeres, porque mi especialidad no mira sexo. Yo atiendo a hombres y mujeres por igual, aunque las mujeres son más atrevidas a ponerse sus teticas, a aumentarse sus nalguitas y hasta a ser vírgenes de nuevo, ja,ja,ja. Todo se vale señor Parra.
Parra: ja,ja,ja Le aseguro que eso lo entiendo. Yo vengo porque me quiero dar un gusto. No crea apreciado doctor que es vanidad pura.
Doctor: De ninguna manera, yo no juzgo a mis clientes. Yo cumplo órdenes y si está en mis manos, en los conocimientos de la ciencia lo que piden, y tiene plata para ello, pues, yo lo hago.
Parra: -Ya me siento operado doctor, ja,ja,
Doctor: ¿Usted, señor Parra es un hombre sano, verdad?
Parra. Si doctor, dentro de lo que cabe…
Doctor:¿Es usted diabético?
Parra: No doctor.
Doctor: -¿Tiene problemas con la penicilina, con la anestesia, con la sangre?
Parra: No doctor.
Doctor: de todas maneras tengo que mandarte unos exámenes para descartar y proceder. ¿Pero, no me has dicho que te quieres operar?
Parra: Doctor, Yo me quiero operar la paloma
(El doctor dio un respingo en su silla y se pasó las manos por la cabeza. Inmediatamente apretó el intercomunicador y le pidió a su secretaria, dos cafés)
Doctor: ¿te quieres operar la paloma, el machete, el pajarraco, el muñeco de la ciudad?
Parra: si doctor, la paloma
Doctor : ¿Y esa vaina?
Parra: Bueno doctor, yo no he sido muy agraciado por la naturaleza. Tengo un machetito
Doctor: ¿Pero, funciona, verdad?
Parra: Si doctor. He tenido cría
Doctor: Bueno ¿y entonces?
Parra: es que yo siempre quise tener una palomota, una manguera de negro…
Doctor: ¿Y dices que eso no es vanidad?
Parra: Tal vez doctor, pero yo quiero sentir mi manguera bamboleándose para un lado y para el otro y que as mujeres se queden con la quijada en e piso cuando me vean.
Doctor. Pero eso tiene sus riesgos. Puede haber un percance en ese tipo de operaciones. Los clientes se van muy contentos con su manguerota, pero muchas veces les queda de adorno, porque no levantan ni que las ensalmen. Creo que deberías pensarlo. Yo te garantizo tu palomota del tamaño que quieras…pero, puedes quedar con un solo uso: “Solo para orinar, ese es el riesgo”.
(Parra se levantó de su silla y se dirigió a la puerta)
Parra: No doctor. Eso entonces no se piensa. Prefiero tener mi renacuajo, a quedar con una manguera que solo sirve para regar el monte.