La paloma de Juancito Parra
El Escenario
El hombre había pasado toda la mañana en el pasillo frente al consultorio del Dr. Pérez hasta que una hermosa secretaria le dijo que pasara, después de anotarlo en una ficha rectangular donde estaba colocado su nombre, sexo, peso, estatura, edad, estado civil, dirección, teléfono y foto de frente. También la secretaria había emitido un recibo y le había cobrado 2000 Bs por su primera consulta.
(Ya puede pasar-le dijo la secretaria-, entonces escoltó al Hombre por un pasillo corto muy lujoso, como si fuera la oficina de un Presidente de un gran Banco, hacia el consultorio del Dr. Pérez, que era antecedido por una pared llena de diplomas, reconocimientos y dos inmensos cuadros originales de dos pintores franceses de reconocida firma y en la puerta había una placa en color oro que decía “Especialista en cirugía estética”)
Secretaria: -Buenos días Dr. Pérez le presento al Sr. Parra , que viene a su primera consulta.
Dr. Pérez: Mucho gusto señor Parra, bienvenido a mi consultorio, por favor tome asiento y dígame en qué puedo ser útil.
Dr. Pérez: Mucho gusto señor Parra, bienvenido a mi consultorio, por favor tome asiento y dígame en qué puedo ser útil.
(La hermosa secretaria con su faldita pequeñita y más atributos que Iris Chacón, le entrega la ficha, sale inmediatamente del consultorio y cierra la puerta).
Parra: -Muchas gracias doctor, gusto en conocerle. Realmente pensé mucho en venir
a su consulta. Lo pensé por muchos años y me decía “me provoca someterme a esa operación”, pero no tenía la fuerza para venir. Hasta que un día leyendo la revista de los domingos que viene insertada en el diario y ví su anuncio, que coincidió con una entrevista que le hicieron a usted y donde exponía que tiene más de 30 años de experiencia…me decidí.
a su consulta. Lo pensé por muchos años y me decía “me provoca someterme a esa operación”, pero no tenía la fuerza para venir. Hasta que un día leyendo la revista de los domingos que viene insertada en el diario y ví su anuncio, que coincidió con una entrevista que le hicieron a usted y donde exponía que tiene más de 30 años de experiencia…me decidí.
Doctor: Ah, esa entrevista gustó mucho y la leyó mucha gente. Usted no se imagina la cantidad de personas que han venido después de eso. Recuerdo que ese día me puse una linda corbata de seda italiana, verde perico, con un traje de lino azul eléctrico y la foto quedó preciosa … A mi me gustó mucho porque salí como rejuvenecido y para los efectos de marketing metí tremendo golazo. Siga contando su historia señor Parra
Parra: -Bueno doctor, entonces, me decidí y me dije “Parrita, ya es hora de lograr tu sueño. Visita a ese hombre chico y operate..”
Doctor: -Caramba que interesante señor Parra. ¿Se imagina usted que los hombres pensaran como usted? Fuera algo más que estupendo. Yo tengo algunos clientes que se hacen sus toques en los ojos, se estiran un poquito la cara para eliminar algunas arrugas, usted sabe, gente del medio de la televisión; hombres que se perfilan la nariz fundamentalmente. Yo no tengo problemas en atender hombres y mujeres, porque mi especialidad no mira sexo. Yo atiendo a hombres y mujeres por igual, aunque las mujeres son más atrevidas a ponerse sus teticas, a aumentarse sus nalguitas y hasta a ser vírgenes de nuevo, ja,ja,ja. Todo se vale señor Parra.
Parra: ja,ja,ja Le aseguro que eso lo entiendo. Yo vengo porque me quiero dar un gusto. No crea apreciado doctor que es vanidad pura.
Doctor: De ninguna manera, yo no juzgo a mis clientes. Yo cumplo órdenes y si está en mis manos, en los conocimientos de la ciencia lo que piden, y tiene plata para ello, pues, yo lo hago.
Parra: -Ya me siento operado doctor, ja,ja,
Doctor: ¿Usted, señor Parra es un hombre sano, verdad?
Parra. Si doctor, dentro de lo que cabe…
Doctor:¿Es usted diabético?
Parra: No doctor.
Doctor: -¿Tiene problemas con la penicilina, con la anestesia, con la sangre?
Parra: No doctor.
Doctor: de todas maneras tengo que mandarte unos exámenes para descartar y proceder. ¿Pero, no me has dicho que te quieres operar?
Doctor: ¿Usted, señor Parra es un hombre sano, verdad?
Parra. Si doctor, dentro de lo que cabe…
Doctor:¿Es usted diabético?
Parra: No doctor.
Doctor: -¿Tiene problemas con la penicilina, con la anestesia, con la sangre?
Parra: No doctor.
Doctor: de todas maneras tengo que mandarte unos exámenes para descartar y proceder. ¿Pero, no me has dicho que te quieres operar?
Parra: Doctor, Yo me quiero operar la paloma
(El doctor dio un respingo en su silla y se pasó las manos por la cabeza. Inmediatamente apretó el intercomunicador y le pidió a su secretaria, dos cafés)
Doctor: ¿te quieres operar la paloma, el machete, el pajarraco, el muñeco de la ciudad?
Parra: si doctor, la paloma
Doctor : ¿Y esa vaina?
Parra: Bueno doctor, yo no he sido muy agraciado por la naturaleza. Tengo un machetito
Doctor: ¿Pero, funciona, verdad?
Parra: Si doctor. He tenido cría
Doctor: Bueno ¿y entonces?
Parra: es que yo siempre quise tener una palomota, una manguera de negro…
Doctor: ¿Y dices que eso no es vanidad?
Parra: Tal vez doctor, pero yo quiero sentir mi manguera bamboleándose para un lado y para el otro y que as mujeres se queden con la quijada en e piso cuando me vean.
Doctor. Pero eso tiene sus riesgos. Puede haber un percance en ese tipo de operaciones. Los clientes se van muy contentos con su manguerota, pero muchas veces les queda de adorno, porque no levantan ni que las ensalmen. Creo que deberías pensarlo. Yo te garantizo tu palomota del tamaño que quieras…pero, puedes quedar con un solo uso: “Solo para orinar, ese es el riesgo”.
(Parra se levantó de su silla y se dirigió a la puerta)
Parra: No doctor. Eso entonces no se piensa. Prefiero tener mi renacuajo, a quedar con una manguera que solo sirve para regar el monte.
Parra: si doctor, la paloma
Doctor : ¿Y esa vaina?
Parra: Bueno doctor, yo no he sido muy agraciado por la naturaleza. Tengo un machetito
Doctor: ¿Pero, funciona, verdad?
Parra: Si doctor. He tenido cría
Doctor: Bueno ¿y entonces?
Parra: es que yo siempre quise tener una palomota, una manguera de negro…
Doctor: ¿Y dices que eso no es vanidad?
Parra: Tal vez doctor, pero yo quiero sentir mi manguera bamboleándose para un lado y para el otro y que as mujeres se queden con la quijada en e piso cuando me vean.
Doctor. Pero eso tiene sus riesgos. Puede haber un percance en ese tipo de operaciones. Los clientes se van muy contentos con su manguerota, pero muchas veces les queda de adorno, porque no levantan ni que las ensalmen. Creo que deberías pensarlo. Yo te garantizo tu palomota del tamaño que quieras…pero, puedes quedar con un solo uso: “Solo para orinar, ese es el riesgo”.
(Parra se levantó de su silla y se dirigió a la puerta)
Parra: No doctor. Eso entonces no se piensa. Prefiero tener mi renacuajo, a quedar con una manguera que solo sirve para regar el monte.
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