jueves, 16 de julio de 2015

Paseando por el bello Río Guaire
“Pasear por el río Guaire
-me dijo una nena de Santa Teresa-
Es como andar en un carro sin gasolina
Y comer mora creyendo que era fresa”
Yo tomé una curiara
Por los lados de Antímano,
me vine con la corriente,
ayudado con la mano
y remando con un palo
tratando de disfrutar su belleza.
Poquísimas garcitas 
se veían montadas en algún palo
y las aguas turbias y malolientes
daban la sensación
de andar metido
en un charco con corriente.
En algún lugar,
Estuve seguro de ver
A un hombre medio decapitado
Que iba a toda vela con destino hacia Petare;
De que estaba muerto, estaba muerto,
El pobre estaba súper agujereado
Como diez balazos tenía en el pecho
Y para colmo medio decapitado
¿Qué raro, que los malandros no lo quemaron?
-me dije-
El recorrido se hizo rápido
Más rápido que ir por la autopista
-les digo-,
En lo que un sapo echa un brinco 
Ya iba por Quinta Crespo
Con mucha defecación
Seguramente,
Saliendo de unos sumideros
“ni por el asomo” seguía metiendo la mano
Por temor a que se me pegara un raro pescado.
Del tímbo al tambo 
Llegué al Puente de Las Mercedes
Donde unas guacamayas verdiazules
Se me quedaron mirando con picardía
Y comenzaron una burladera
Y creo que algo me dijeron
Pero yo me hice el musiú
Y miré para otro lado…
Cuando llegué cerca del Hospital Domingo Luciani
Por los lados de El Llanito
Me conseguí con un recodo
Entonces,
Aproveché y me bajé
Moneándome por una pared de cemento
Y me fui a emergencia
Para que me inyectaran alguna penicilina
Con la seguridad absoluta
Que el saneamiento del río Guaire
Fue una gran trampa,
Y estoy seguro que esos reales se perdieron
Se los birlaron, se los gozaron…
-No se para qué cuenta ajo,
Me compré una curiara
la próxima vez
Me voy para el llano.

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