martes, 30 de septiembre de 2014

La cuchara de Estelita Guarapana

La cuchara de Estelita Guarapana
El día lunes al mediodía todos estábamos reunidos haciendo un semicírculo frente a la morgue, para retirar los restos de mi compadre Pedrito Guarache. Todos estaban sorprendidos de la muerte trágica del amigo y muchos no sabían por qué lo habían asesinado, pero como Pedrito fue toda su vida tan servicial y ayudó a mucha gente en ocasiones similares, entonces cada quien sin ponerse de acuerdo con nadie, se dirigió al necrocomio para colaborar en lo que hiciera falta y no dejar al pobre hombre expuesto a la muerte y al frío, en la soledad del lugar, como si hubiese sido una mala persona. ‘Todo sucedió muy rápido’ nos contaba Jacinto Guarapana, que era como un hermano de Pedrito y se habían criado juntos al sur de Anzoátegui donde fueron a la escuela y se cansaron de cazar pajaritos para venderlos a escondidas en época de semana santa, a los turistas que pagaban muy bien por cualquier pajarraco vistoso que cantara bonito. “Resulta que el marido de Estelita, mi cuñado Julián Guaicara era muy celoso y sabia que Pedrito suspiraba por su mujer desde tiempos infantiles e incluso yo lo sabía y hasta le decía cuñado desde siempre, debido a esos amores no afortunados en cincuenta años de amistad.-decía Jacinto-. Pero, quién iba a pensar que Pedrito estaría en esa larga lista de venezolanos que perdieron la vida en este fin de semana y mucho menos de manos de mi cuñado, Julián Guaicara. Nadie se le hubiese imaginado un solo momento”. Jacinto y elocuentemente echó el cuento, recordando que ambos hombres estaban bien tomados mientras jugaban dominó con otros dos vecinos, hasta que Pedrito ganó la partida y comenzó a celebrar como si hubiese ganado el Magallanes un juego de pelota al Caracas. Ya Julián andaba de mal humor semejando un vaquero en el lejano oeste dispuesto a desenfundar el revólver y vaciarlo sin pensar sobre la humanidad de Pedrito”. “Lo cierto es que Pedrito se puso meloso con Estelita -dijo Jacinto- y en eso se apareció Julián y lo capturó “in fragante” con la cuchara en la mano, desencadenándose la tragedia pasional”. “-Por eso es que en la lista de fallecidos aparece Pedrito con la frase: “por la cuchara de Estelita”, en vez de homicidio o ajuste de cuentas” –dijo el inspector Yaguaracuto, dejando claro que la inseguridad ni el gobierno, ni el proceso socialista tiene nada que ver con ese caso”.

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