jueves, 18 de septiembre de 2014

Mi abuela Pía

Mi abuela Pía, llegó con sus dos tacitas de café, colocó una sobre mi escritorio y se fue a sentar en su mecedora;  después de hojear un libro sobre Eleazar López Contreras, que tengo abierto con una ficha de texto; para extraer mis notas: Entonces, se me queda mirando y yo sé,  que sus pensamientos se fueron para alguna parte, porque el ruido de la mecedora “…ruiqui , ruiqui, ruiqui…”, tenía un compás de pensamiento viajero.

“Cuando murió el tirano General Gómez, llegaron a Venezuela tiempos de alegría- me dijo-, las cárceles -que estaban repletas- comenzaron a vaciarse; la persecución política bajó notablemente y los exilados retornaron a la patria: incluido tu abuelo que estaba en la isla de Trinidad”.

Si abuela-le respondí-, ya cuando el gobierno de Medina Angarita los avances hacia la democracia, llevaban pasos firmes, después de la larga dictadura gomecista. Podría decirse, que fue el período durante el cual, en Venezuela no teníamos exilados. También, en esos tiempos, se fundaron partidos políticos, la libertad de expresión caminó por las calles y el espíritu democrático se dejó ver con sus pasos de niño.

“…Yo estaba muy contenta-me dijo nuevamente-, porque la familia se unió de nuevo y a pesar que estábamos viviendo en una casita de bahareque frente al golfo de Cariaco; que vivíamos de la pesca, el conuco y el comercio; tu abuelo estaba con nosotros, y comenzó a tener vida política, trabajaba en la radio, militaba con sus ideas, escribía y nos fuimos a Caracas, para vivir los nuevos tiempos en un clima de esperanza…”

En esos tiempos, el paludismo, el mal de chagas y las carreteras de tierra estaban a la orden del día, en oriente-le dije-. “Si , es verdad, pero había comida y un clima muy grande, para sacar al país adelante. En esos tiempos parí mis últimos dos hijos-me dijo dejando escapar suspiros de enamorada-, en esos tiempos viví amores de reencuentro a las orillas del mar…”  

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