lunes, 6 de octubre de 2014

Camarón, mucho camarón


Camaron, mucho camaron
En el pueblo de El Hatillo que es vecino de Uchire se dan los mejores camarones. Los pescadores los recolectan; los meten en sus cavas y se vienen a Uchire para venderlo al mejor precio posible. En una oportunidad hubo bastante camarón. Había tanto que salían por el chorro de la batea, por la regadera y hasta regando las matas. Yo me compré tres kilos de camarones a buen precio y los guardé en mi nevera para esperar a toda la familia que pasaría esos días en mi casa. Pero, resulta que no llegaron. Cambiaron de planes y mi nevera quedó repleta de camarones, lebranche y mucho atún. “Yo me dije-recuerdo- que esa comida no se perdería y tan solo me molesté porque la familia no llegaría a disfrutar de nuestras playas y el ambiente que se da en la zona”.

Entonces comencé mi semana comiendo mucho camarón. Desayunaba arepas con camarones, almorzaba espagueti con camarones, cenaba sopa de camarones y sándwiches de camarones. En eso me la pasé como tres días. Ya sentía que me estaba poniendo colorado y orinaba con olor a camarón.

Como bueno es cilantro, pero no tanto; de tanto comer camarón agarré una intoxicación terrible que me llevó al hospital por ocho días. Los médicos no entendían lo que yo tenía, hasta que me acordé de mi dieta de camarones y entonces, me mandaron a mi casa, después de múltiples exámenes de sangre, de orina y de un hospedaje forzado en el Hospital tipo II de Uchire.

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