martes, 7 de octubre de 2014

Pajarote

Pajarote

Linda Guarecuco era una linda mujer descendiente de la nación kariña; una jovencita muy hermosa con su cabellera negrísima y larga hasta la cintura; parecía una princesa india con buen talle, unos ojos grandes y claros, rostro perfilado y un color de piel cobre claro, que le hacían resaltar su mirada de esmerada. Era mi prima lejana y vivía muy cerca del casco central del pueblo de Uchire.

Yo le conocí hace más de cuarenta años, cuando ella debería tener unos diez y siete años aproximadamente y era muy aventurera, amante del excursionismo junto a otros jovencitos de su generación Un fin de semana se aventuró a meterse en el cerro “El morro”; que es un sitio encantado por un viejito, que se le aparece a las personas que se internan en la montaña, para dejarlos precisamente encantados y más nunca salen de allí; por más que sus madres prenden velas, hagan misas y rueguen a los cielos para que sus seres queridos retornen salvos y sanos.

Lo cierto, es que Linda Guarecuco nunca regresó y muchos dicen desde entonces, que se quedó encantada en una cueva que brilla de noche y de día, pero que nadie puede encontrarla, porque se pierde en la montaña. Sin embargo, mi amigo Juancito  Calma me dijo en una oportunidad, que  hace como treinta años le pareció verla caminando por las calles de pueblo de “Río Chico”,  tomada de la mano de un negro barloventeño, que mide como dos metros y que mientan “pajarote”.

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