sábado, 9 de agosto de 2014

Agarren a esa loca

Agarren a esa loca
Ese lunes en la mañana, los estudiantes de la Universidad Santa Rosa en La Pastora habían comenzado sus labores estudiantiles sin ninguna novedad, en medio de varias semanas de conflictos universitarios a escala nacional donde el gobierno y los gremios universitarios andaban agarrándose por los moños, como dos mujeres peleando en un barrio por el amor de un hombre.

Dos jóvenes muchachas ataviadas con sus blue jeans desteñidos, sus blusas de color pastel como si se hubiesen puesto de acuerdo, y sus sandalias de cuero sin tacones, decidieron bajar caminando, rumbo al centro, pasando por el puente de Guanábano y buscando la Av. Baralt cuando iban pasando por la sede del TSJ, otra mujer que caminaba con la rapidez de una caminadora olímpica se les acercaba con velocidad inusitada, mientras cargaba una inmensa cartera de los años sesenta repleta de papeles, trapos y hasta un gato que asomaba la cabeza y miraba los autobuses que pasaban repletos de gentes hacia el sur.

Tenía la mujer un turbante bien grande como los que usa Piedad Córdova y caminaba hablando sola, mientras daba sablazos al aire como si estuviese peleando con molinos de viento, cual Quijote.

Las muchachas se quedaron paralizadas literalmente hablando, al ver que la mujer se le encimaba , lo cual inusitadamente ocasionó una reacción violenta de la “Piedad Córdova”, que directamente procuró planear a las muchachas con su machete de palo, pero las estudiantes, emprendieron una veloz huida, corriendo un maratón desesperante sin sospechar que la mujer correría también como un gato tras un ratón, pero el miedo pudo más que la cazadora improvisada, que no escuchaba los gritos de la gente que le decían: ¡Agarren, a esa locaaaaaaaaaaaaa!

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