Cosas que se le ocurren a uno
Cuando se cumple años.
UNO
En un centro comercial,
El otro día,
Me encontraba yo,
En una panadería
Comiendo un cachito de jamón
Acompañado de un café grande
Mientras pensaba:
“Como haríamos para mejorar la situación
Que por poco veré a algún compadre...
Como a un perro:
ladre que ladre”.
El otro día,
Me encontraba yo,
En una panadería
Comiendo un cachito de jamón
Acompañado de un café grande
Mientras pensaba:
“Como haríamos para mejorar la situación
Que por poco veré a algún compadre...
Como a un perro:
ladre que ladre”.
Entonces, al frente mío
Se encontraba un mujerón,
Un ejemplar precioso de caballota
Como esas modelos que aparecen en televisión.
Ciertamente,
Me quedé estupefacto y ensimismado
Como ido en el limbo
Observando cada detalle
Que tenía la mujer
Y que llamó su atención
Al punto que me preguntó:
¿me está usted velando la tartaleta?
¿quiere que le brinde un heladito?
Yo le respondí un tanto avergonzado:
“De ninguna manera, señora,
Perdone usted mi indiscreción.
Yo no deseo su tartaleta
Simplemente,
Me la imaginaba sin pantaleta
Al punto que hasta la baba se me ha salido
Como caimán pescando en un río”
DOS
El otro día
Me conseguí a una mujer
En un terrible estado emocional;
la pobre no quería seguir viviendo
porque su marido se había ido con una carajita
sin el menor respeto, ni recato.
Si.
la mujer se quería lanzar
del piso donde vivo;...
quedaría hecha un guiñapo,
no se salvaría,
moriría en el acto
-pensé, mientras trataba
De encontrar una solución,
Una especie de camino
Que me permitiera
Hacerla entrar en cordura
Para que respetara su vida-.
Entonces,
Estuve detallándola:
Era una mujer hermosa, madura
Buena moza por todos lados.
Recuerdo que le dije:
¿Como es posible,
Que una mujer tan bella,
se sienta como un centavo?
Todo porque su marido,
En un momento de locura
la abandonó por una nenita
y se fue para el carajo.
Mejor estimada señora
-le dije-
En vez de lanzarse al vacío
Y quedar como una muñeca de trapo
Toda espernancada, rota y ensangrentada
¿Porque no entra a mi casa,
Se toma un te de tilo
Y reconsidera su decisión?
La mujer se me quedó mirando
Como si un ángel le estuviese hablando
Directamente en su conciencia,
Y entonces me respondió:
-señor, tiene usted razón,
Tengo 50 años
Y ahora es que estoy bien buena.
Voy a vivir mi vida,
“Que se pudra ese viejo maricón
y que la carajita con quién se fue
le monte los cachos
Y que parezca el santo cachón”
-dijo-.
Así se habla señora
-le dije-
Y si regresa algún día a pedirle cacao
Mándelo a freír monos
y dígale que ahora usted tiene un amigo
que no pela gallina vieja
para hacer un buen caldo.
¡qué vaina, la vieja se lanzó por el balcón!
Me conseguí a una mujer
En un terrible estado emocional;
la pobre no quería seguir viviendo
porque su marido se había ido con una carajita
sin el menor respeto, ni recato.
Si.
la mujer se quería lanzar
del piso donde vivo;...
quedaría hecha un guiñapo,
no se salvaría,
moriría en el acto
-pensé, mientras trataba
De encontrar una solución,
Una especie de camino
Que me permitiera
Hacerla entrar en cordura
Para que respetara su vida-.
Entonces,
Estuve detallándola:
Era una mujer hermosa, madura
Buena moza por todos lados.
Recuerdo que le dije:
¿Como es posible,
Que una mujer tan bella,
se sienta como un centavo?
Todo porque su marido,
En un momento de locura
la abandonó por una nenita
y se fue para el carajo.
Mejor estimada señora
-le dije-
En vez de lanzarse al vacío
Y quedar como una muñeca de trapo
Toda espernancada, rota y ensangrentada
¿Porque no entra a mi casa,
Se toma un te de tilo
Y reconsidera su decisión?
La mujer se me quedó mirando
Como si un ángel le estuviese hablando
Directamente en su conciencia,
Y entonces me respondió:
-señor, tiene usted razón,
Tengo 50 años
Y ahora es que estoy bien buena.
Voy a vivir mi vida,
“Que se pudra ese viejo maricón
y que la carajita con quién se fue
le monte los cachos
Y que parezca el santo cachón”
-dijo-.
Así se habla señora
-le dije-
Y si regresa algún día a pedirle cacao
Mándelo a freír monos
y dígale que ahora usted tiene un amigo
que no pela gallina vieja
para hacer un buen caldo.
¡qué vaina, la vieja se lanzó por el balcón!
TRES
Yo no tenia conciencia
Que me estaba poniendo pure.
Siempre he tenido buena salud
Y como soy de contextura fuerte,
Pues
Pasaba agachado
Ante muchas cosas,
Que afectan a cualquier cristiano
Que va rumbo a los sesenta.
Fue recientemente,
Que empecé a preocuparme
De lo que comía,
Entonces,
Cuido el azúcar,
Duermo lo mejor que puedo,
No agarro arrecheras por casi nada,
Así me digan hijo de bicha
O cualquier coñodemadrada
Que en otros tiempos
-Con toda seguridad-
Terminaba en un incidente
Con cualquier borracho
O impertinente,
Que abundan en cualquier lado
Como la verdolaga.
Pero,
lo que más me puso en mi lugar,
con todo el dolor de mi alma
es que las chamitas,
o sea, las pavitas,
me decían don
o señor,
y hasta de broma no me daban un puesto
en cualquier autobusete,
o en el metro
cuando quiero andar de pata caliente.
De esa manera,
No miro muchachitas en la calle
Así estén muy guapas:
Ya eso es una norma
Y para no pasar trabajo,
Me conformo con una peor es nada
Que supere los cuarenta y siete.
Que me estaba poniendo pure.
Siempre he tenido buena salud
Y como soy de contextura fuerte,
Pues
Pasaba agachado
Ante muchas cosas,
Que afectan a cualquier cristiano
Que va rumbo a los sesenta.
Fue recientemente,
Que empecé a preocuparme
De lo que comía,
Entonces,
Cuido el azúcar,
Duermo lo mejor que puedo,
No agarro arrecheras por casi nada,
Así me digan hijo de bicha
O cualquier coñodemadrada
Que en otros tiempos
-Con toda seguridad-
Terminaba en un incidente
Con cualquier borracho
O impertinente,
Que abundan en cualquier lado
Como la verdolaga.
Pero,
lo que más me puso en mi lugar,
con todo el dolor de mi alma
es que las chamitas,
o sea, las pavitas,
me decían don
o señor,
y hasta de broma no me daban un puesto
en cualquier autobusete,
o en el metro
cuando quiero andar de pata caliente.
De esa manera,
No miro muchachitas en la calle
Así estén muy guapas:
Ya eso es una norma
Y para no pasar trabajo,
Me conformo con una peor es nada
Que supere los cuarenta y siete.
CUATRO
Ausente
yo siempre andaba ausente
En cuanto sarao
Inventaba mi compadre Juan Vicente.
No me invita en navidad
Ni siquiera a probar un trago de aguardiente;
No me invita el día del padre
A probar sancocho
Mientras vemos un juego de baseball
Entre Cleveland y Detroit;
No se acuerda de mí en ningún cumpleaños
Para celebrar el día de mi ahijado,
Y nunca aparezco en la lista de invitados
De cualquier celebración familiar
Que aparece en el calendario.
Todo comenzó
En su fecha de aniversario
Cuando me consiguió
yo siempre andaba ausente
En cuanto sarao
Inventaba mi compadre Juan Vicente.
No me invita en navidad
Ni siquiera a probar un trago de aguardiente;
No me invita el día del padre
A probar sancocho
Mientras vemos un juego de baseball
Entre Cleveland y Detroit;
No se acuerda de mí en ningún cumpleaños
Para celebrar el día de mi ahijado,
Y nunca aparezco en la lista de invitados
De cualquier celebración familiar
Que aparece en el calendario.
Todo comenzó
En su fecha de aniversario
Cuando me consiguió
viéndole el trasero a su mujer
Detrás de un armario.
Detrás de un armario.
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