viernes, 8 de agosto de 2014

El pueblo que se perdió

El pueblo que se perdió
Nadie se hubiese imaginado que el día que se rompió un tubo de 12 pulgadas en la población de Zuata, en el Estado Aragua, comenzarían las vacaciones mas alegres y divertidas que la gente del pueblo y sus alrededores vivirían por mucho tiempo. Nicasio Guatamare fue a Hidrocapital tan pronto escuchó la explosión que hizo el tubo, al dejar escapar un inmenso chorro de agua que se elevaba a las alturas del cielo como a 12 metros del suelo y bañaba toda su circunferencia como si fuera una inmensa palmera de agua, regando la pequeña sabana que estaba a las afueras del caserío “El Pegón”. Guatamare dijo que en Hidrocapital le dijeron “que ya vamos para allá”, pero no llegaron.

Ese viernes el agua levantó la calzada y se llevó la pequeña calle por donde salía todo el mundo. “Menos mal que eran aguas blancas-dijo la señora María Guaita, cuando el torrente se llevó su casa hasta que se perdió en el horizonte en una inmensa laguna, que se había formado después de 4 horas de derroche del líquido. El fin de semana, tampoco llegó la prometida cuadrilla, pero la gente pudo pasar la noche en los techos de las casas, con algunas cosas que se salvaron, las mascotas y las personas mayores. Los jóvenes con su alegría dispusieron de botes, lanchas, troncos de madera y otros artefactos novedosos que flotaban y andaban haciendo servicio de “lancha taxi” entre las familias que se mandaban víveres y alimentos preparados ante la emergencia. “Fueron las mejores vacaciones que pasamos en esos tiempos-dijo el niño Nicanor Guartaja, mientras enseñaba las fotos grabadas en su teléfono celular, barato pero cumplidor-, pues se perdió la escuela, las bicicletas y hasta los animalitos que tenía el señor Gumersindo Guaribe, quien daba empleo a los hombres en su cría de pollos”. Y es que Hidrocapital no llegó nunca y el caserío se perdió bajo las aguas como si nunca hubiese existido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario