La iguana de chucho Parica
La iguana de Chucho Párica se salvó de un linchamiento feroz aquella mañana, después que el ministro Alí Rodríguez Araque informó a la Nación “que un saurio-palabras más, palabras menos-, fue el culpable para que una gran falla eléctrica paralizara el país, debido a las mordidas que ésta realizó a un cableado de alta tensión. De esa manera, una turba de uchireños cansados de los repetidos cortes eléctricos que se dan en Anzoátegui; los cuales no dejan dormir a la gente, exponiéndoles al calor y a la molestia de los zancudos, iniciaron la persecución de los animalitos. La iuana de Chucho Párica mide dos metros, es grande y tiene un hermoso color verde, que oculta su ancianidad. Se alimenta de flores, hojas tiernas del manglar y lagartijas a la orilla de la laguna. Suele salir de vez en cuando a tomar sol, montada sobre una gran piedra, que reposa a orillas de la carretera que bordea el istmo y es el momento que aprovechan los turistas y observadores de animales, para tomarse fotos con ella. Se da un baño antes de terminar la tarde y luego, se devuelve a la carretera, cruzándola rápidamente y entra a la parcela de Chucho, para encaramarse vertiginosamente en un inmenso árbol de mango donde pernocta hasta el amanecer. Afortunadamente para la iguana, aquel día se salvó –porque Dios es muy grande-, gracias a su instinto de conservación, que le permitió correr y huir rápidamente, refugiándose en el verdor de los manglares y dejando en el camino, piedras y palos lanzados con furia por la turba enardecida.
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